LA CULTURA DEL LIKE

CONTENIDOS COMPLACIENTES VS PROVOCATIVOS

¿Por qué a pesar de que se habla recurrentemente de la hiperfragmentación y de gustos más específicos diversos; hoy esto más bien huele a homogeneización y a que todos estamos consumiendo los mismos contenidos?

Nunca como hoy la oferta ha sido tan rica… entonces: ¿por qué todos vimos Game of Thrones?, todos vimos Stranger Things, Las Cintas de Ted Bundy o You. Todos oímos a J. Balvin o a Gorillaz (los menos oímos a J. Balvin y a Gorillaz).

Para buscar una banda que nunca nadie ha oído o encontrar una película que no está en cine o en tu servicio de streaming favorito, tienes que echarle ganas (y dedicarle tiempo).

¿Es esto algo nuevo? Claro que no. Antes todos veíamos las mismas caricaturas, telenovelas o programas de variedades. Todos veíamos Siempre en Domingo o el 1, 2, 3… y cantábamos las canciones de Hombres G. La diferencia es que en teoría ahora el catálogo no es solo inmenso, sino que todo el contenido está a la carta para ser visto en el momento que queramos. Entonces, ¿por qué llegamos los lunes a la escuela u oficina a hablar de en qué capítulo vamos de la serie que todos estamos viendo?

A pesar de que creemos que estas nuevas plataformas vendrían a proponer algo muy distinto, la tendencia y corriente principal actual va en línea con complacer a las audiencias:

  • Música – Coachella es un ejemplo muy interesante; por más de diez años fue uno de los tres festivales de música más importantes sobre la tierra. Era un referente no sólo para el resto de los festivales del mundo sino para toda la industria musical; lo que sonaba en Coachella era lo que iba a sonar en el resto del mundo los próximos años. Hace poco se publicó el cartel de 2019 y recibió grandes críticas. Muchos de los artistas “grandes” son hits del pop e incluso ¿oh Dios santo! ¡del reguetón!.Realmente lo que está ocurriendo, es que la lógica de curaduría ha cambiado y se hace en gran medida con base en el número de seguidores y escuchas de artistas en RRSS (#Don’tBlameCoachella).
  • TV – Muchas de las propuestas de Netflix se hacen sabiendo de antemano que le van a gustar a la gente. ¿Un tema popular? La presidencia en U.S.A. ¿un actor favorito? Kevin Spacey ¿El director? David Fincher; uno de los más famosos… ¡voilá, House of Cards! Con Club de Cuervos o La Casa de papel pasó un poco lo mismo. Esta fórmula no es exclusiva de Netflix. Amazon Prime lo hizo con Sharp Objects y Amy Adams y Hulu hizo lo propio con The Handmaid’s Tale: un best seller relevante en la era del #metoo y Trump.
  • ARTE – Un ejemplo es ZONA MACO o ARCO o tantas otras expos multitudinarias; se ven seducidas por lo popular y su afinidad con lo mainstream hace que sean ampliamente criticadas. Muchas de las obras están diseñadas ex profeso para ser llamativas visualmente y en muchos casos son reducidas a photo opportunities para tomarse selfies y subirlas a redes sociales.

Estos son tan solo algunos ejemplos de lo complacientes que resultan las fórmulas a la hora de crear contenidos: se arriesga menos y funcionan bien.

Lo interesante es que una vez entendiendo la fórmula y habiéndola probado, también se puede jugar con ella. Roma es un claro ejemplo de arriesgar dentro de la cultura mainstream: una película de arte, con un ritmo y narrativa a la que sólo los amantes de la alta cultura estaban acostumbrados, irrumpe en la pantalla de todos. Se vuelve cultura mainstream, un poco porque “haz Patria y ve a Cuarón”, pero otro poco porque bastaba darle click al control remoto en la sala de casa. Y de ahí, ya todos sabemos qué pasó: se desató una enorme discusión entre quienes la amaron y quienes la odiaron. Los primeros, como decíamos, tal vez más acostumbrados al cine de arte; los segundos probablemente habituados a los blockbusters.

Pareciera que (una vez más) lo que está detrás es una polarización; tan frecuente en nuestra época. Si bien la TENDENCIA es producir aquello que es complaciente y avalado por likes para gente más conservadora; pareciera que ser provocador es hoy una CONTRATENDENCIA dirigida a personas a quienes les apetecen nuevas experiencias; ya sea por ir plenamente a contracorriente (como el festival de música Nrml en CDMX que “cura” a bandas realmente emergentes) o simplemente colocar tu contenido en un contexto inusual (como Roma en Netflix).

Qué interesante y valioso entender que si bien hoy lo que reina es la cultura del like, también una vez entendidas las reglas del juego, no indispensablemente deberíamos quedarnos ahí. Ni la audiencia que ya cautivaste quiere ver siempre lo mismo, ni necesariamente son los likes los que prometen buen material. Arriesgarse con propuestas diferentes y llevarlos a la cultura mainstream o ser un referente de lo que viene te puede distinguir del resto.

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