CONTENIDOS COMPLACIENTES VS PROVOCATIVOS
¿Por qué a pesar de que se habla recurrentemente de la hiperfragmentación y de gustos más específicos diversos; hoy esto más bien huele a homogeneización y a que todos estamos consumiendo los mismos contenidos?
Nunca como hoy la oferta ha sido tan rica… entonces: ¿por qué todos vimos Game of Thrones?, todos vimos Stranger Things, Las Cintas de Ted Bundy o You. Todos oímos a J. Balvin o a Gorillaz (los menos oímos a J. Balvin y a Gorillaz).
Para buscar una banda que nunca nadie ha oído o encontrar una película que no está en cine o en tu servicio de streaming favorito, tienes que echarle ganas (y dedicarle tiempo).
¿Es esto algo nuevo? Claro que no. Antes todos veíamos las mismas caricaturas, telenovelas o programas de variedades. Todos veíamos Siempre en Domingo o el 1, 2, 3… y cantábamos las canciones de Hombres G. La diferencia es que en teoría ahora el catálogo no es solo inmenso, sino que todo el contenido está a la carta para ser visto en el momento que queramos. Entonces, ¿por qué llegamos los lunes a la escuela u oficina a hablar de en qué capítulo vamos de la serie que todos estamos viendo?
A pesar de que creemos que estas nuevas plataformas vendrían a proponer algo muy distinto, la tendencia y corriente principal actual va en línea con complacer a las audiencias:
Estos son tan solo algunos ejemplos de lo complacientes que resultan las fórmulas a la hora de crear contenidos: se arriesga menos y funcionan bien.
Lo interesante es que una vez entendiendo la fórmula y habiéndola probado, también se puede jugar con ella. Roma es un claro ejemplo de arriesgar dentro de la cultura mainstream: una película de arte, con un ritmo y narrativa a la que sólo los amantes de la alta cultura estaban acostumbrados, irrumpe en la pantalla de todos. Se vuelve cultura mainstream, un poco porque “haz Patria y ve a Cuarón”, pero otro poco porque bastaba darle click al control remoto en la sala de casa. Y de ahí, ya todos sabemos qué pasó: se desató una enorme discusión entre quienes la amaron y quienes la odiaron. Los primeros, como decíamos, tal vez más acostumbrados al cine de arte; los segundos probablemente habituados a los blockbusters.
Pareciera que (una vez más) lo que está detrás es una polarización; tan frecuente en nuestra época. Si bien la TENDENCIA es producir aquello que es complaciente y avalado por likes para gente más conservadora; pareciera que ser provocador es hoy una CONTRATENDENCIA dirigida a personas a quienes les apetecen nuevas experiencias; ya sea por ir plenamente a contracorriente (como el festival de música Nrml en CDMX que “cura” a bandas realmente emergentes) o simplemente colocar tu contenido en un contexto inusual (como Roma en Netflix).
Qué interesante y valioso entender que si bien hoy lo que reina es la cultura del like, también una vez entendidas las reglas del juego, no indispensablemente deberíamos quedarnos ahí. Ni la audiencia que ya cautivaste quiere ver siempre lo mismo, ni necesariamente son los likes los que prometen buen material. Arriesgarse con propuestas diferentes y llevarlos a la cultura mainstream o ser un referente de lo que viene te puede distinguir del resto.